2.01.2006

Amalgama

08/17/05

Hay una pregunta de esas sin respuesta que me lleva dando vueltas como un moscardón desde que decidí, una tarde psicotrópica en una playa invernal, que mi sueño sería crear.

Como se fabrica una genialidad? Cuales los ingredientes de una obra maestra?

Hasta que punto partimos del subconsciente del propio autor y su desbordante eyaculación creativa y hasta que punto de una obra meticulosamente pensada, planeada y elaborada.

Porque partimos de la utilización de concpetos puros y sus interacciones. Y del uso de metáforas y metonimias, claro. Sin olvidarnos de la contemplación de toda posibilidad. Todo se envuelve en una historia que despierte interés y ya tienes algo magnífico?

O nos olvidamos de la sensibilidad necesaria que corte tus sentidos como un bisturí?

O de la reflexión y comparación con problemas actuales o existenciales?

O de la capacidad de crear mundos llenos de túneles y pasillos a través del humo que sale de la cabeza?

Porque un gran autor nace, pero también se hace. Y una gran obra necesita un vehículo en el que nacer y recurre a los mejores artesanos.

Claro que rendirse a esta ideocracia es el camino para formar una maraña insalvable en tu cabeza. Y cargado de insatisfacción e inseguridades por si darás la talla, esperar la visita de la idea hora tras hora, mientras tu mesa taller se va poblando de cada vez mas recursos que ya te ves obligado a utilizar.

Y lo mas seguro es que una obra maestra simplemente sea, y enumerar sus matices una pérdida de tiempo cuando lo que siempre importó fue la potencia y consecuencia de su baño de ideas.

Eyaculad sobre un soporte sólido siempre.

Cualquier otro secreto está tan lejos de mí como debe estarlo.

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* Casi no vuelvo a tener rizos, por lo tanto, es uno de esos días en los que comprendería que no hayáis llegado al final.

Besos, buena noche.