2.01.2006

Christopher Robin

09/11/05

Christopher Robin era un niño pálido, débil y con una notoria capacidad para enfermar. Debido a lo cual, y a pesar de su agraciado aspecto delicado, nunca compartía con otros niños atardeceres de juegos y risas, ya que con ir al colegio muy de vez en cuando parecía tener que conformarse.

Su padre, el poeta A.A. Malvin, se despertó una mañana dispuesto a hacerle a su hijo el mayor regalo que nadie pudiese desear.

Y así, basado en un feo pero querido peluche de su hijo, nació Winnie The Pooh, noble antihéroe del bosque de Kensington y Malvin.

La cada vez mas claustrofóbica habitación de Christopher se vio convertida de la noche a la mañana en un frondoso y misterioso bosque donde perderse cada tarde junto a la inestimable compañía de seres de muy diverso carácter, fanfarrones avispados, inocentes pequeños y sus dulces madres, responsables guías, inseguros y sensibles llorones, botarates de enorme corazón, y, por supuesto, Winnie, que no venía a ser todo y venía a ser todos, fiel reflejo de nuestra naturaleza mas básica, algo imposible de no querer.

Winnie no era particularmente listo, ni valiente, ni siquiera bueno, sólo alguien que sin saber muy bien por qué, se veía inmerso en las situaciones mas increíbles y complejas.

Los años pasaban en aquella vieja mansión inglesa, y escuchar risas y movimiento en el dormitorio infantil fue casi algo cotidiano. Además de que nunca se sabía cuando podía llegar algún personaje nuevo al bosque.

Pero, todo cambia, y ningún árbol o bosque se mantiene para siempre.

Con los años, Christopher fue adquiriendo una mejor constitución y decisión, y cada vez era mas usual verlo acompañado de otros jóvenes de su edad, y, claro está, de alguna que otra chica.

El bosque de Kensington-Malvin se venía abajo, los árboles caían aplastados por el polvo y todos acudían pidiendo explicaciones a Winnie, quien, como no podía ser de otra forma, no tenía más que ofrecerles que su graciosa manera de encogerse de hombros.

Hasta que todo acabó, Winnie The Pooh, el mejor amigo que nunca tuvo o tendría el joven Robin, encontró su final en una cueva, acompañado de todos sus amigos, esperando tiempos mejores, esperando que volviese el niño.

Siempre supo que así serían las cosas, que todo funciona así para la gente, te visten de ideal y luego se dirigen a otro una vez saciados. Lo que nunca sabremos es si dentro de Winnie existió alguna vez otro bosque, con otros amigos, con otras ilusiones, muy lejos de Christopher Robin. O quizás fuera él mismo y nunca se abandonaran uno a el otro.

****************

Patrick Wolf - Pumkin Soup